Hola mundo, vuelvo a la vida – Impresiones postMIR

Es raro volver a estar por aquí, pero ahora sí que sí tengo muchas ganas :). Se que llevo meses alejada de estos lares y que al final no he seguido al pie de la letra mi intención de contar mi experiencia personal en esta andadura, pero ahora, con tranquilidad, puedo hacerlo a posteriori. La preparación ha ido muy bien, con sus altos y sus bajos como todo el mundo, pero si es cierto que llegó un momento en que el poco tiempo libre teníamos necesitaba desconectar 100% del mundillo MIR y disfrutar, salir, entrar, hacer cualquier cosa menos hablar y hablar del MIR. Ese es el motivo de mi desconexión, y realmente creo esa decisión ha sido la mejor para mi. Ahora, con todo ya hecho, y a la espera de los resultados definitivos podemos exhalar aire fresco y hablar sin problemas de todo lo ocurrido en los últimos meses de nuestra vida, que no ha sido precisamente poco. Al menos yo lo veo así, me siento feliz, acaba una etapa para dar paso a otra, siento alivio pero al mismo tiempo nostalgia, y mucha esperanza de lo que está por llegar. 

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Cuando recuperas tu vida

Lo primero de todo quiero dar la enhorabuena a todos los compañeros que se han presentado a esta convocatoria independientemente de los resultados. Los últimos meses se han hecho excesivamente largos por esas 2 semanas extras al ser el examen más tardío y, en mi caso al menos, se ha notado lo quemada que estaba. Ha sido un examen más exigente que los años anteriores, cosa que la academia siempre nos decía (y estoy de acuerdo) que era precisamente lo que necesitábamos para poder diferenciar realmente quien ha estudiado más y quién menos (EN GENERAL, NO EN PARTICULAR), y que no se formaran los dramas del año pasado de intervalos de mucha gente con netas altas y bajos números de orden. NOTA: quiero decir que es mejor un examen difícil que discrimine y separe más a la gente que un examen fácil que apelotone a miles de personas en un intervalo pequeño de netas. Pero dejo claro que este examen aunque sea difícil NO me ha parecido ni mucho menos un buen examen por lo que explico a continuación. Sin embargo, también ha sido un examen agridulce, pues aunque es verdad que es un acierto el aumento de la dificultad no puedo decir lo mismo «del modo». Hay formas y formas de hacer un examen más complicado y discriminador y esta quizás no ha sido la mejor. Preguntas ambiguas con enunciados dudosos que hacían posibles varias respuestas, muchas preguntas de miscelánea y de ciencias básicas etc. Por ello, considero que ha habido un pool de preguntas un poco random cuya contestación medio al azar ha podido marcar la diferencia de un buen examen MIR a un regular examen MIR. Por ello hay -y no pocos- casos de personas que iban muy bien o que se ha matado a estudiar estos últimos meses y que sin embargo no han visto reflejado su esfuerzo con este examen, y que se han quedado con una sensación desoladora de injusticia que entiendo perfectamente. Solo hay que leer los comentarios del blog de gangas para darse cuenta, o bichear un poco por twitter o preguntar a tu alrededor, y da mucha pena. Se que es una oposición y que «hay que aceptar la realidad» pero creo que algunas personas deberían de ser un poco más sensibles y empáticas a la hora de pronunciarse sobre este tema y pensar en los afectados. El MIR para los médicos es prácticamente obligatorio, no es una mera opción en tu vida. Pero bueno, eso es otro debate. 

La verdad es que al principio fue un poco decepcionante: ver que había bajado tantas netas con respecto a la media de mis simulacros fue chocante y lo primero que se me vino a la cabeza: «Querida, la has liado parda, enhorabuena». Pero claro, al rato vas viendo que a todo el mundo le ha pasado lo mismo y que eres la norma y no la excepción. Yo realmente haciendo el MIR no era consciente de su dificultad, pues hemos hecho simulacros con preguntas raras de temas poco conocidos y en 4h, por lo que en eso me pareció un simulacro «menos MIR» pero al fin y al cabo un simulacro. No fue hasta que salí y empecé a ver la reacción de la gente y a hablar con los demás cuando me di cuenta de que había sido mucho más complicado para todos. Creo que eso hizo que pudiera mantener la calma durante el examen y acabarlo sin problemas, de lo que me alegro mucho. Total, que al principio lo que empezó en susto ha ido mejorando hasta estar contenta. Todavía las plantillas son las provisionales y las estimaciones son eso, estimaciones, pero más o menos te dan una idea por la zona en la que te mueves y desde luego que si la cosa no varía mucho de aquí a abril voy a pegar saltos de alegría. En principio no debería de tener problemas para coger la especialidad que quiero y puede que en mi ciudad, pero eso ya son palabras mayores y es necesario relajarse y esperar a las listas del ministerio, que son las que realmente valen. 

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Tras meter la plantilla en la web de las academias

El postMIR, una vez pasados los primeros días de incertidumbre, para mi está siendo cual oasis en el desierto. Es hora de planificar el viaje post encierro, de reencuentros con amigos, de ir haciendo una ruta de turismo hospitalario, de volver a una vida aburrida de ser humano normal, de engancharse a series que no sabías ni que existían, de recuperar la linea y eliminar la atrofia muscular. De ilusión, si, también… de ilusión por lo que estar por venir, te estimen lo que te estimen, yo siempre creo que lo que está por llegar va a ser mucho mejor que lo que ya hemos pasado, y eso siempre me saca una sonrisa. Estoy muy agradecida a MIR Asturias porque me he sentido parte de esa familia, aunque sea «a través de una pantalla gigante». Esa pantalla y todos los que han estado detrás de ella en muchas ocasiones han traspasado km y ha hecho que yo sea la mejor versión de mi misma en estos últimos meses. Nunca olvidaré ese 9 de Febrero, cuando apenas faltaban horas para el día M, para mi sin duda fue el mejor día de toda la preparación, salí de la sede con mucha confianza en mi misma y una alegría enorme por haber formado parte de todo esto. Y sinceramente, cuando escribo estas palabras no puedo evitar emocionarme. Quizás sea una sentimental, pero el cariño con el que me voy y con el que voy a recordar estos últimos meses va a ser inmenso. Se nota cuando se hacen las cosas de corazón y no solo por mera compensación económica, y para mi MIR Asturias es eso, corazón y afán de superación con sus alumnos desde el principio hasta el final. 

amor

Por ese motivo, creí que sería una buena idea apuntarse a colaborad@r en las facultades/tut@r etc. y así devolverle simbólicamente a la academia un poquito de todo lo bueno que me ha aportado. Hoy precisamente hemos ido unos cuantos compañeros a nuestra facultad a dar una charla informativa y la experiencia ha sido realmente buena :). Poder aportar algo a otros aunque sea una chispa de tu experiencia me parece maravilloso, la verdad. No paro de pensar que no hace mucho era yo la que estaba sentada en aquél salón de actos escuchando atentamente lo que se me venía encima. ¡Cómo pasa el tiempo! (me pongo modo viejales jaja). 

Para ir terminando con esta entrada decir que no se que va a pasar de aquí a el día de elección de plaza, si impugnarán muchas o no, si subiremos, bajaremos o nos quedaremos igual… lo que sí se es que estar aquí ya de por si es un triunfo para todos, y me da igual que suene a tópico pero ES VERDAD. El MIR no es el fin sino el comienzo, y como ya dije una vez: NO es un tren que solo pasa una vez en la vida, aunque cuando pasa hay que procurar subirse al vagón que lleva nuestro nombre. Mis mejores deseos para todos de corazón y mucho ánimo Rblastos. 

P.D. A lo largo de este tiempo hasta que empiece la residencia he pensando subir algunas entradas temáticas acerca de mi experiencia en la preparación MIR. También si alguien tiene dudas de como funciona MIR Asturias o preguntas acerca del método etc estaré encantada de contestar a todo lo que esté en mi mano. Muchas gracias por leer este blog y hacer que tenga sentido. Un saludo a todos. 

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Idiopática

 

 

 

Final de la gestación

Parecía que nunca iba a llegar el día que pudiera escribir esta entrada con tranquilidad. Y lo digo porque, el simple hecho de estar escribiendo esto hoy significa que por fin acabó mi etapa como estudiante de Medicina. No puedo explicar ni la milésima parte de todos los momentos que se han ido sucediendo en los últimos meses… Ahora miro atrás e incluso me parecen fugaces, lejanos, casi irreales. Pero nada más lejos de la realidad, han sido muy muy reales, demasiado incluso diría yo en ciertas ocasiones (La semana pre-entrega TFG fue… dejémoslo en interesante xD).

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Yo si tuviera que volver a pasar por lo mismo otra vez

Sexto sin duda ha sido uno de los mayores retos de Medicina, quizás no por su dificultad máxima, si no por el aguante. En un símil deportivo se asemejaría a los 3000 metros obstáculos: encontrar a los tutores de prácticas en cada rotatorio, elegir buen tutor de TFG, cumplir los requisitos de las prácticas y los exámenes de cada rotatorio,  aprender a realizar una bibliografía en condiciones, seguir el calendario de la academia, no desesperarse por no poder seguir el calendario de la academia, prepararse la exposición del TFG sin morir en el intento, conseguir un sumial para no vomitar delante del tribunal… Entre otros. Por otro lado, sexto también está lleno de momentos irrepetibles que compensan en parte todo lo anterior: empiezan a tratarnos como a compañeros y no como a estudiantes, empezamos a practicar algo de Medicina «en serio», algunos afortunados van enamorándose de alguna especialidad en concreto, las grabaciones del vídeo de la promoción, la graduación (bueno, graduaciones, y sus respectivos modelitos y comederos de cabeza)… Pero sobre todo la satisfacción por haber cumplido un sueño: Soy médico. Somos médicos. Enhorabuena compañeros 🙂 

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Nosotros durante la semana de graduaciones

A pesar de toda la felicidad, es inevitable sentir un poco de nostalgia por esta etapa que se cierra definitivamente. Reconozco que los días inmediatos a la graduación me sentí un poco «triste» (no se cual sería la palabra adecuada) recordando todo el camino que me ha llevado a donde estoy hoy. La graduación digamos que supo tocar nuestra fibra sensible, fue un acto espectacular, lleno de risas, emoción y de más de un llanto entre bastidores. Todo ello me hizo reflexionar, y es que el camino no ha sido precisamente de rosas. Pero aquí estamos. Mi primera clase en Medicina fue de embriología, impartida por un gran profesor y reputado doctor. No se me olvidará nunca: todos los procesos biológicos que son necesarios para que a partir de la fusión de 2 células se vaya formando lo que en un futuro constituirá un ser humano. Casualmente mis últimos días como estudiante de Medicina los he pasado en el servicio de urgencias de Obstetricia y Ginecología, viendo como culmina ese proceso de formación con el final de la gestación y el nacimiento de una nueva vida. Quiero pensar que es una perfecta metáfora de mi paso por esta hermosa carrera: comenzamos en un sitio desconocido sin saber absolutamente nada, pronto vamos multiplicando nuestros conocimientos y aptitudes hasta que nos afianzamos y creamos nuestro sitio, y a partir de ahí solo nos queda crecer hasta la hora del final. El final, que al igual que en el parto, no es un final a secas, sino que a su vez implica un nuevo comienzo, una nueva página en blanco por escribir, una nueva fase que superar, un nuevo sueño que alcanzar… En definitiva: una nueva vida.  

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Tu cara de alivio al exponer el TFG

Tal y como dice la canción: «Hoy es el primer día del resto de mi vida». Por todo ello, Felicidades a los compañeros que también están viviendo esta magia y mucho ánimo para todo lo que está por llegar. El MIR, ahora si que sí, is coming… Ya no es «prematuro» hablar de nada, ya no hay horizonte… el futuro es presente. Nos quedan unos preciados días de vacaciones y pienso aprovecharlos al máximo sin pensar en nada de este mundillo, pero preparada y con ganas para afrontar esta nueva etapa. Saludos a todos y nos vemos pronto 🙂 

Idiopática

Carta a la tolerancia…

Toc, toc ¿se puede? Tenía ganas de hablar contigo desde hace tiempo. Tenía ganas de contarte como me siento, y gritarlo a los cuatro vientos… desde la luna hacia Marte. Me siento ansiosa por dentro, pensativa, recelosa, y sin embargo capaz, para estar hoy escribiendo. ¿Qué es lo que preocupa?, seguro preguntarás, es simple y a la vez complejo: la ausencia de lo que nos hace médicos. ¿Y qué es lo que nos hace médicos? ¿Las notas, los trabajos, una bata blanca impoluta? Nada de eso. Lo material al final siempre se disuelve, dejando al descubierto nuestras verdaderas capacidades. Siempre pensé que dentro de todo estudiante de medicina existirían unos dogmas basados en el respeto y la tolerancia, pues al fin y al cabo, nos hacemos médicos por ciencia pero también por humanidad ¿No?. Que ilusa. A lo largo de estos años he podido comprobar, tristemente, como la realidad es bien diferente. Esta vez no hablo del trato hacia los pacientes, sino entre nosotros mismos. Si no nos respetamos ni entre nosotros, ¿Qué estima esperamos obtener de los demás? No es una cuestión derivada de llevar bata blanca (aunque para algunos sí lo sea) es una cuestión de moralidad. Me compadezco de todos los que dedican su tiempo a desprestigiar al compañero, en vez de intentar mejorar ellos mismos. Sí, compadezco, porque entiendo que para llegar a ese punto, tienen que tener un conflicto importante con su yo interno. Llámalo envidia, llámalo infelicidad, inseguridad, frustración o ira… no vamos a ponerle un apellido concreto, pues hay un gran abanico de posibilidades. ¿Esas son cualidades permisibles para una persona en la que los demás confían su salud a ciegas? La respuesta es evidente, hasta para ellos mismos… Pues, se puede engañar fácilmente a los demás, pero calmar a las bestias del pensamiento, ay amigo, eso es más complicado.

Dentro de muy poco seremos oficialmente médicos y sin embargo sé que algunos rezarán porque me caiga y no me levante. Otros seguirán con sus burlas y sus bromas de preescolar, ya que son elementos obligados para el crecimiento de su autoestima. Otros, como siempre, criticarán cada paso que demos, sea en la dirección que sea, pues es lo único que pueden hacer desde su posición de observadores. Y mientras tanto yo seguiré por aquí, luchando por lo mío, y escribiéndole a la tolerancia, para ver si algún día viene y es capaz de inundarlos a todos con su gracia.

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Nunca es tarde para mejorar y reflexionar sobre uno mismo. ¡Suerte!

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