Carta a la tolerancia…

Toc, toc ¿se puede? Tenía ganas de hablar contigo desde hace tiempo. Tenía ganas de contarte como me siento, y gritarlo a los cuatro vientos… desde la luna hacia Marte. Me siento ansiosa por dentro, pensativa, recelosa, y sin embargo capaz, para estar hoy escribiendo. ¿Qué es lo que preocupa?, seguro preguntarás, es simple y a la vez complejo: la ausencia de lo que nos hace médicos. ¿Y qué es lo que nos hace médicos? ¿Las notas, los trabajos, una bata blanca impoluta? Nada de eso. Lo material al final siempre se disuelve, dejando al descubierto nuestras verdaderas capacidades. Siempre pensé que dentro de todo estudiante de medicina existirían unos dogmas basados en el respeto y la tolerancia, pues al fin y al cabo, nos hacemos médicos por ciencia pero también por humanidad ¿No?. Que ilusa. A lo largo de estos años he podido comprobar, tristemente, como la realidad es bien diferente. Esta vez no hablo del trato hacia los pacientes, sino entre nosotros mismos. Si no nos respetamos ni entre nosotros, ¿Qué estima esperamos obtener de los demás? No es una cuestión derivada de llevar bata blanca (aunque para algunos sí lo sea) es una cuestión de moralidad. Me compadezco de todos los que dedican su tiempo a desprestigiar al compañero, en vez de intentar mejorar ellos mismos. Sí, compadezco, porque entiendo que para llegar a ese punto, tienen que tener un conflicto importante con su yo interno. Llámalo envidia, llámalo infelicidad, inseguridad, frustración o ira… no vamos a ponerle un apellido concreto, pues hay un gran abanico de posibilidades. ¿Esas son cualidades permisibles para una persona en la que los demás confían su salud a ciegas? La respuesta es evidente, hasta para ellos mismos… Pues, se puede engañar fácilmente a los demás, pero calmar a las bestias del pensamiento, ay amigo, eso es más complicado.

Dentro de muy poco seremos oficialmente médicos y sin embargo sé que algunos rezarán porque me caiga y no me levante. Otros seguirán con sus burlas y sus bromas de preescolar, ya que son elementos obligados para el crecimiento de su autoestima. Otros, como siempre, criticarán cada paso que demos, sea en la dirección que sea, pues es lo único que pueden hacer desde su posición de observadores. Y mientras tanto yo seguiré por aquí, luchando por lo mío, y escribiéndole a la tolerancia, para ver si algún día viene y es capaz de inundarlos a todos con su gracia.

Idiopática

Nunca es tarde para mejorar y reflexionar sobre uno mismo. ¡Suerte!

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18 comentarios en “Carta a la tolerancia…

  1. No puedo llegar a entender totalmente qué te habrá pasado aunque sí el contexto. Ante ese tipo de personas lo mejor es mandarlas a tomar por culo (hablando mal y pronto) y alejartes de ellas. Por supuesto, también es importante que tengas claro que todos los que entramos en medicina no somos hermanitas de la caridad, ni empáticos, ni buenas personas. Malos bichos los hay en todas las profesiones, malos días los puede tener cualquiera y sobre todo…tampoco somos robots destinados a ser perfectos a nivel de personalidad. Lo más importante es que tu misma nunca pierdas el norte, que siempre seas médica pero ante todo, buena persona y que disfrutes y seas feliz con cada cosa que hagas en tu vida sin importar lo que haga el resto. Para terminar, mandarte un abrazote y recitarte el siguiente dicho que puedes aplicar con aquellos que quieran hacerte daño: «Arrieritos somos, y en el camino nos encontraremos». Un saludo.

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    • Es cierto que no todos los que entran a medicina son hermanitas de la caridad, de hecho, yo no me considero ninguna tampoco, porque tengo mis fallos y mis defectos como cualquier hijo de vecino… Malos bichos tiene que haber, pero será que ahora justo he tenido varias experiencias negativas o que antes he estado en el limbo, que me ha hecho darme cuenta de la realidad. No puedo llegar a entender -y menos a estas alturas- como puede haber personas que les moleste que a otra le vaya bien o que encima le deseen el mal…¿Que le importa? que cada uno luche por lo suyo. Muchas gracias por tu mensaje, desde luego levanta el ánimo leer estas cosas, y como tu dices «Arrieritos somos y en el camino nos encontraremos» Que hay que ser buena persona, pero tampoco imbécil. 🙂 Un saludo!

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  2. Ojalá la tolerancia te escuche, Idiopática. Y la empatía, y la paciencia, y el saber escuchar.
    Ojalá todas estas personas se miren una mañana al espejo y se den cuenta de todo lo que están perdiendo y todo el dolor que están provocando.
    Ojalá se dieran cuenta de que ser médico no te hace mejor que los demás. Por mucha Selectividad y mucho MIR que hayas tenido que pasar, por muchas guardias que hagas, por muchas vidas que salves.
    Ojalá se dieran cuenta de que un ocho no vale más que un seis cuando se trata de tranquilizar a un familiar preocupado por un paciente.
    Ojalá se vaya derribando poco a poco la barrera de la bata blanca.
    Y ojalá se den cuenta de que solo se va más rápido pero juntos se llega más lejos.

    Una entrada preciosa.
    Un beso 🙂

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    • Desde luego el mundo mejoraría… aunque es una utopía más. Pero necesitaba hablar de ello, aunque no fuera real. Ojalá todo lo que has dicho pudiera hacerse realidad, aunque me conformo con haber sensibilizado la conciencia de alguien. Muchas gracias por tus palabras. Un beso!

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  3. Aunque sea difícil ( y mucha gente se empeña en ponerte mil piedras por el camino) hay que intentar centrarse en lo positivo y seguir tu rumbo. Entiende que el problema lo tienen ellos y no tú, y que no puedes hacer nada por remediarlo, sino dar tu mejor cara y ser fiel a ti misma y rodearte de la gente que te quiere y que te apoya. Intenta no recrearte en lo negativo, aunque entiendo que el cabreo y la frustación tiene que ser importante.
    Disfruta, agradece al cielo por ser como eres, y sigue caminando. No te entretengas en mirar las piedras que te ponen y simplemente salta por encima 😉

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    • Que gran frase esa de «Intenta no recrearte en lo negativo» es un buen consejo, porque si te soy sincera suelo darle mucha vueltas (demasiadas) a las cosas, cosa que considero que es un defecto. Y en este caso, lo mejor es pasar y seguir mi rumbo en este maravilloso espacio acompañada de gente tan estupenda como vosotros 🙂 Muchas gracias por tus palabras, desde luego me las guardo 😉 Besitos

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  4. ¡Hola! Muy de acuerdo con todo lo que dices. Creo que esta actitud está muy extendida entre los estudiantes de Medicina de todas las facultades (yo me incluyo también). No obstante… Que unos chavales de 18 años acostumbrados a destacar académicamente con todos los honores se den de bruces con la universidad y vean que ahora son sólo «uno más» y eso les frustre… Puedo llegar a «entenderlo». Es lógico porque a esa edad no comprendes aún muchas cosas y basas aún tu autoestima en unos resultados. Para mí la mejor lección que me ha dado la universidad ha sido aprender a relativizar lo que es el éxito y el fracaso y perseguir mis propios objetivos sin compararme con nadie. A lo mejor esto que digo a los demás les parece muy evidente y se lo han aplicado desde el día nº1, pero a mí me ha costado mi tiempo. Claro, ahora lo que siento es una liberación enorme porque puedo centrarme en ser lo mejor que puedo ser sin defraudarme a mí misma o a otros.

    Pero, lamentablemente, es una actitud muy generalizada tanto en los primeros cursos como en los últimos, y no sólo entre los estudiantes. Ojalá me dieran un euro cada vez que, en prácticas, escuchaba cómo los propios médicos descalificaban a algunos de sus compañeros. «Ése no tiene ni idea», «No le hagas caso, ése no sabe» o, mi favorita, «Ése es muy poco clínico. Tantas publicaciones, tanto no sé qué y luego ni idea de Medicina». Curioso que siempre fuesen hacia profesionales que destacaban por su gran currículum.

    Está claro, somos un gremio en el que existe mucha competitividad. Esto tiene claramente sus puntos postitivos, pero también sus inconvenientes y uno de ellos es el que muy bien describes en esta entrada. Eso también hace que nos falte unión y, en lugar de luchar por unas condiciones laborables dignas, nos peleemos por conseguir las migajas que otros tiran al suelo. Lo único que nos queda es… Seguir intentando hacer las cosas lo mejor posible, crecer todo lo que podamos tanto profesional como personalmente, no caer en estos comportamientos, seguir disfrutando lo que somos y ser muuuuy fuerte.

    Ánimo 🙂

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    • Como bien dices, es complicado para todos pasar de ser «la élite» de la clase a ser uno más dentro de «tanto cerebrito», sobre todo en los primeros años… donde quieres seguir sacando las mismas notas que antaño y ves que es imposible. Pero una cosa es eso, y otra bien distinta es ser mala persona. Pero bueno, yo, al igual que tu, me alegro de haber salido de ese zulo y haber aprendido a relativizar las cosas en la facultad, cosa que creo que vamos a agradecer mucho en el futuro en nuestro ámbito profesional. Cuando trabajemos… se notará mucho de que pie cojea cada uno y las caretas se caerán, y menos mal que algunos tenemos la conciencia bien tranquila. Mucho ánimo compañera, ahora me paso a leerte 🙂 Un saludo

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  5. Muy cierto, muy triste. La medicina sigue siendo una profesión mal, con buenas y malas personas, con buenos y malos médicos y con demasiadas piedras en el camino. Ya entraríamos en el debate.. ¿es necesario ser buena persona para ser buen médico? Sinceramente no lo sé. Aunque el compañerismo en un hospital es necesario e imprescindible. Los egos y la maldad afectarán a nuestras vidas y a la atención a nuestro paciente. Pégate a las luces compañera, que hay muchas, deja que la oscuridad se apague sola. Un abrazo.

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    • Yo a tu pregunta respondería rotundamente sí. Porque aunque a veces nos empeñemos en separar «la ciencia» de lo humano, hay profesiones, -como es el caso de la nuestra, en la que una cosa lleva implícita la otra, y las considero inseparables. Pero estamos en la vida real y desgraciadamente no es así, por lo que lo único que nos queda, como bien me aconsejas, es pegarme a las luces. Un beso. Y gracias por tus palabras 🙂

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  6. ¿Y cuando eso lo vivimos desde el primer curso, desde las primeras clases? Me ha impactado muchísimo que desde el minuto 1 se sea así, yo que soy un poquito mayor que la generalidad de mi clase (ellos 18 y yo 25) veo con un poquito más de perspectiva las relaciones entre compañeros, la amistad, la vida. A la gente así, desde mi punto de vista, les hace falta vivir experiencias que tengan la necesidad de tirar de sus compañeros.

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    • Bueno en tu caso, como acabas de empezar, habrás visto como desde primera hora hay cierto tipo de personas que entran con una idea equivocada -o al menos totalmente diferente a lo que yo pienso- de lo que es una carrera de medicina. En general, con los años se disipan ciertas cosas, pero otras crecen, por desgracia, como la competitividad. Y ahora que acabamos de empezar el MIR parece que salen a relucir las primeras «mordidas», increíble pero cierto. Mucho ánimo con ese primer cuatrimestre 🙂

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  7. Hola!
    Yo por suerte no he vivido nunca situaciones de falta de tolerancia con mis compañeros pero entiendo que debe de ser muy triste. Simplemente pasa y ya está, al fin y al cabo solo hace daño quién puede y no quien quiere!
    Un saludo

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  8. Hola Idiopática, hola a tod@s, bonita carta, llena de reflexiones… El respeto, como dices, es muy importante, imprescindible…pero lo que más nos hace médicos y es la prioridad uno siempre (por encima de nuestra persona y de los compañeros) son los pacientes. Por ellos y para ellos es nuestra pasión, nuestra querida Medicina.
    Abrazos para tod@s

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    • Si, estoy de acuerdo contigo. Pero de eso digamos, que siempre «se habla», y por eso quería hablar de la otra vertiente. Hoy he querido tocar este tema porque he tenido una experiencia no muy agradable con personas que no llevan muy bien el hecho de que escriba este blog, y aprovechan el cobarde anonimato para volcar sus frustraciones.

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      • Siento que te hiciesen sentir mal, y espero que no te afecte. Lo destructivo hay que alejarlo… Pienso que en un blog de estas características se ven/nos vemos reflejadas muchas personas, que están pasando, han pasado o pasarán pronto por un mismo proceso o similar y que se sienten identificados, comprendidos, apoyados. Cada uno tendrá sus momentos más bajos, sus decepciones, sus alegrías, ¿por qué no compartirlas?. No entiendo porqué entran si no les gusta realmente, ah…sí…para fastidiar. Ánimo, ya queda menos de Preventiva en esta primera vuelta.

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