Entrar en Medicina ¿Sueño o realidad?

Buenas a todos los queridos lectores de este blog, ante todo decir que estoy muy agradecida de la acogida que ha tenido mi pequeño rinconcito en este mundo, lo que acrecenta mi motivación de seguir adelante con este proyecto personal. Es una enorme satisfacción poder hablar de un tema tan importante en mi vida y compartirlo con otras personas con los mismos intereses. 

Hoy me apetecía montarme en la maquina del tiempo y retroceder un poco hacia el pasado… nada más y nada menos que 6 años atrás, cuando conseguí uno de los sueños de mi vida: entrar en esta hermosa carrera. Se que no es un tema que concierna al MIR especialmente, pero también de vez en cuando me gustaría tratar de lo que he vivido antes y durante la carrera de Medicina. Creo que es un buen ejercicio de reflexión para los que hemos pasado por esto, y que a la vez puede de servir de trampolín para los que están en ello.

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En fin, vamos allá… 🙂

¡Ay, 2º de bachillerato!

Que decir de esta laaaaaarga etapa de 2 años (para la mayoría) que en realidad parecen 8… Un horror que te obliguen a estudiar de forma exhaustiva asignaturas que no te interesan en lo más mínimo y seguramente, impartidas por profesores que dejan mucho que desear. En mi caso se me hizo una verdadera cuesta tener que estudiar literatura, sintaxis, francés e historia… y no solo eso, si no aspirar a un 9 de media como mínimo. El problema de los que queremos entrar en medicina no es aprobar, es obtener la excelencia académica, como todos sabéis. Es cierto que en algunas asignaturas se me hizo fácil: amaba la filosofía, la química y la biología, pero no me compensaban mi odio hacia las demás. Definitivamente el bachillerato no está correctamente enfocado para el estudiante, pero eso ya es otra historia…

Durante primero de bachillerato digamos que tenía muchos «pajaritos en la cabeza» y no me esforcé al 100% (y eso que he tenido claro que quería ser médico desde que tengo memoria), por lo cual mi segundo de bachiller fue una carrera de obstáculos contra mi misma… recuerdo tener ansiedad durante meses por la incertidumbre de mis notas, o llorar por sacar un 8,75…. Sí, me convertí en una «ansia», cosa que nunca había sido anteriormente, y todo por llegar esa lejana meta. Tenía pesadillas sobre mi fracaso  y me invadían constantemente pensamientos pesimistas ¿Porqué iba yo a tener la suerte de entrar si era la carrera con más demanda en ese momento? ¿Que probabilidad había de que yo, con mi media «justa», superara al resto?  Creo que estos pensamientos os sonaran familiares, al menos para mi, fueron fieles compañeros durante ese segundo año. 

Prueba de fuego: selectividad

Creo que ha sido el mayor temor de todos los estudiantes desde tiempos inmemoriales, independientemente de la carrera por la que optaran. A ver como se portan con la nueva  y famosa»reválida». 

Recuerdo que estuve estudiando a piñón (o lo que por entonces consideraba a piñón jaja) durante 2 semanas. Me apunté a un curso intensivo de una academia para organizarme los días de estudio, y la verdad fue «el mejor dinero invertido de mi vida». Es verdad que no me enseñaron cosas nuevas que no supiera, pero si que fue clave para que pudiera repasar todo de forma detallada en tan pocos días. La mayoría de la gente supongo que no recurre a estos medios para la selectividad, pero en mi caso, como necesitaba una media altísima, me resultó prioritario en ese momento. 

El primer día de selectividad fue terrorífico: lengua, filosofía y el idioma. El primer examen fue un caos en comparación con otros que había echo en casa, pero afortunadamente los 2 siguientes fueron rodados. La sorpresa vino el segundo día cuando salí del examen de matemáticas echa una papilla de sesos… lo di todo por perdido en ese momento. A pesar de ello, reuní fuerzas para hacer química y biología como si nada hubiera pasado. Al terminar aquellos días mi sensación fue totalmente agridulce, tenía claro que no sería suficiente. Fue en ese momento -y el único- en el que me planteé «alternativas» a Medicina: ¿Seré feliz si hago enfermería o me quedaré con las ganas toda la vida? ¿Hago una carrera de ciencias puras? ¿Y biomedicina, es0 que es? 

Sin lugar a dudas, lo PEOR de la selectividad no fue ella misma en si, si no la espera de las notas. Recuerdo que fueron al menos un par de semanas de infarto constante. Y al final, en el día esperado que salieron las notas, mi resultado fue igualmente agridulce. Lejos de tranquilizarme para bien o para mal, mantuvo mi ansiedad en lo más alto… me encontraba en el filo de la navaja. El final ya lo imagináis: tras mucha espera, adjudicaciones, F5, llamadas, pre-inscripciones y diazepam… al final: AQUÍ ESTOYJamás olvidaré aquel momento en el que leí ese mensaje en el que rezaba: ADMITIDA. Me encontraba sola en mi casa, y lo único que me salió fue salir corriendo al jardín y gritar como si no hubiera mañana. Comparable a 100 orgasmos, sabéis a que me refiero, sobre todo aquellos que habéis estado en esa situación de incertidumbre… sin duda no hay nadie que haya desfrutado más que nosotros ese momento. 

Mis conclusiones

Con todo esto quiero transmitir, que aunque yo obtuve mi «final feliz» no todo fue coser y cantar. NO fue fácil, NO volvería a vivir aquella época y sí, fue uno de los peores momentos de toda mi vida. Yo no tuve la oportunidad de tener una certeza desde el principio, y aún así ahora digo a los 4 vientos que SI SE PUEDE, que no se puede dar nunca nada por perdido antes de realizarlo, porque entonces yo no estaría escribiendo este blog a día de  hoy. La ansiedad y el miedo son malos, pero NECESARIOS compañeros para hacernos reaccionar y alcanzar nuestros objetivos. Si no hubiera sido a la 1ª hubiera sido a la 2ª o a la 5ª… lo importante es llegar, no importa el momento. Y una vez dentro, TODOS SOMOS IGUALES. Que nadie te haga creer lo contrario. 

Esta es mi experiencia, pero ¿Cual es la tuya? puedes contarla en los comentarios 😉

Idiopática

10 comentarios en “Entrar en Medicina ¿Sueño o realidad?

  1. Ufffffffff… Mi historia es extraña. Quince años en el mundo del cine y en Octubre me lanzo vía acceso a mayores de 25. El día 3 de Marzo me he examinado en la Complutense y una semana después me han comunicado la nota. Un 8 y pico, teniendo presente que en los últimos años nunca ha rebasado de 6,4 la nota de corte, creo que, si nada lo remedia, en Septiembre comienzo en la Complutense.
    ¡Muy inspirador leerte!

    Del cine al hospital.
    Óscar

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  2. Mi historia: 11 de septiembre, a 0.08 de la nota de corte no sabiendo la existencia de segundas llamadas ( asi de despiste soy) sin esperar ya nada… matriculada en enfermería (con serias dudas sobre mi futuro a 15 días de empezarla) con un día de perros y habiendome olvidado el telefono en casa… entrar a trabajar y que suene el telefono de la tienda: Mama: Han llamado de … ¿Todavía quieres estudiar medicina?… Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii 😀 La mejor decisión de mi vida 😀 sin pensarlo un segundo. Al día siguiente estaba matriculada y renunciado a mi plaza de enfermería para una enfermera vocacional 🙂

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  3. Cada uno tiene una historia que contar…
    Y la mía empieza por… «yo nunca quise estudiar medicina… me mareaba la sangre… solo leer la palabra me nublaba la vista….»
    Y termina por… «medicina fue mi segunda carrera porque haciendo una primera (fisioterapia). Estoy haciendo la especialidad de hematología» Fin… jajaja Me lo dicen hace 11 años y me apuesto mis ahorros de entonces a que eso jamás iba a pasar.

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      • Yo entré asustada y desanimada pero con esfuerzo no tengo queja de cómo ha ido. Al fin y al cabo una nota no certifica que vayas a ser buen médico, tengo compañeros brillantísimos pero que personalmente dejan mucho que desea y viceversa. Un besito

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      • Te comprendo perfectamente, una nota desde luego no es siempre lo más justo ni mucho menos nos define como médico. Como bien dices -por desgracia- hay personas que dejan mucho que desear a la hora de la verdad, que es estar con el paciente o ayudar a los otros compañeros. Un beso!

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